martes, 24 de marzo de 2009

Pero ¿por qué se empeñan en joder mi infancia?

Esta duda lleva meses asaltándome desde que me entere de que pretendían llevar los cómics de Akira Toriyama a la gran pantalla. Dragon Ball fueron junto con Akira de Katsuhiro Otomo los primeros cómics que leí, y siempre le he tenido un especial cariño a Goku, Vegeta y compañía.
Para empezar, adaptar una saga tan extensa y con tal multitud de personajes es casi imposible, por lo que ya partimos de la base de que la fidelidad al cómic va a ser mínima, pero de ahí a que Goku este interpretado por un canadiense de, nada más y nada menos que, 27 añazos hay un trozo... Justin Chatwin pretende que nos creamos que es japonés y está en aún en el instituto. James Marsters, mi Spike en Buffy interpreta a un Píccolo que nada tiene que ver con el original y que además es amarillo. De Krilin, ni rastro oiga, para qué si solo es un personaje que aparece en casi todos los cómics de la serie Z.
Que digo yo, para inventarse la trama y hacer lo que les da la gana con los personajes ¿no les daba lo mismo hacer algo nuevo ligeramente similar que no jodiera mi infancia?
Ah, claro se me olvidaba, si no llevara el nombre de Dragon Ball no iría a verla nadie y lo que interesa no es hacer una película de calidad que deje a los fans mínimamente satisfechos, hay que hacer una película que recuerde ligeramente a los cómics para ponerle el mismo nombre pero que sea un producto familiar, porque si algo caracterizaba a los cómics de Toriyama era ese elenco de personajes originales y humor gamberro.

Por si todo esto no bastara me entero de que ahora en Hollywood quieren hacer el remake de nada más y nada menos que La historia interminable. No hay nada seguro por el momento pero si de aquí a dos años tengo que ver a un Fujur hecho por CGI sin ningún tipo de encanto y a Dakota Fanning haciendo de la emperatriz infantil no respondo de mi misma. He dicho.

PD: Hasta Hitler está de acuerdo:

jueves, 12 de marzo de 2009

Muerte y destrucción absolutas

Iba a subir otra entrada sobre que el cine no está muerto (aunque sí muriendo) cuando me he enterado de que van a rodar S.Darko(una secuela de Donnie Darko), y por si eso no bastara ,jack, el conejo, va a ser interpretado por Justin Chatwin, más conocido como Son Goku en "Dragon Ball involución" y también aparecera Ed Westwick, actor de la seríe adolescente Gossip Girl.
Así que para qué me voy a cansar. El cine está muerto muerto muerto muerto.
y para muestra un botón:

miércoles, 11 de marzo de 2009

Tarde de cine

Sábado por la tarde, Gran Torino en el cine Cervantes, pedimos dos entradas.
-Sólo quedan entradas para la primera y la segunda fila- anuncia la señorita de detrás del cristal.
-¿Las de segunda fila son centradas?
-No, centradas solo quedan para la primera fila.
- Está bien dos para la primera fila entonces.
-Seis euros ochenta- ladra.
Enseñó el carnet joven y me informa de que no tiene validez ni sábados ni domingos. Lo guardo y sacó siete euros, entro a la sala, tras pagar cinco euros por unas palomitas y una coca-cola, me siento en primera fila e intento acomodarme para no tener tortícolis. Durante la proyección las risas del resto de los espectadores a la par que la mía y gente masticando palomitas de forma casi frenética.
El doblaje pésimo, la banda de los hmong hablan como si estuvieran en “Ali G” o “Kungfusion”, parecen todos doblados por el cantante de “El canto del loco”
Al terminar, mucha gente se levanta, nosotras nos quedamos escuchando a Clint Eastwood y a Jamie Cullum y una señora se para justo a mi lado y se vuelve hacia sus amigas, instigándolas con la frase, para mí ya mítica:
-Venga, vamos pá casa ¿o es que no tenéis que poner los garbanzos a remojo?

Por si el dineral de la entrada y las palomitas, la primera fila y el doblaje no habían podido conmigo, vino esa mujer a convencerme de que aunque no fuera para poner garbanzos la próxima vez la película la veía en mi casa.

Y es que el cine no está muerto, pero lo están matando entre todos.

miércoles, 4 de marzo de 2009

domingo, 1 de marzo de 2009

Una de películas prefabricadas

Dijo Greenaway que el cine está muerto. De ser cierta esta afirmación, ¿Cuál ha sido la causa de la muerte?

La muerte natural parece poco probable, otras formas de comunicación, de arte, o de entretenimiento (todo depende de cómo entendamos el cine) siguen vivas pese al paso del tiempo. Solo hay que tomar como ejemplo la radio, fueron muchos los que profetizaron que se extinguiría con la llegada de la televisión y sin embargo sigue ahí.

Si no se trata de una muerte natural nos encontramos pues ante un asesinato. ¿Quién ha sido el asesino? Peter Greenaway señala a las nuevas tecnologías: el mando a distancia, la televisión por cable, y por último Internet.


Es curioso como Internet que debería ser un medio que revolucionara e impulsara todas las formas de comunicación esta siendo considerado poco menos que un asesino en serie. Está acusado de hacer desaparecer a los diarios impresos y acabar con el mercado de la música y el cine como lo conocemos.

En Internet podemos encontrar películas incluso antes de que sean estrenadas, capítulos de series que se emitieron hace dos días en la otra punta del mundo, y lo más importante, todas estas producciones las puedes ver cómoda y gratuitamente desde tu casa.

Sin embargo, en mi opinión no han sido solo los medios tecnológicos los que están acabando con el cine, influye también la concepción que el público tiene sobre el cine. Actualmente las películas son consideradas un producto mas, están únicamente dedicadas al entretenimiento de las masas, a la obtención de beneficios. Esto explica la invasión de los remakes a la que nos vemos sometidos últimamente, remakes innecesarios y en su gran mayoría peores que la película original.

Este fenómeno esta ocurriendo paralelamente en la literatura, obras como “El código Da Vinci” o “Crepúsculo” están escritas únicamente para ser consumidas por un perfil de la sociedad, libros que parecen prefabricados para ser leídos y olvidados, sin aportar nada al lector y que se convierten en best-sellers.

Obras que además son posteriormente adaptadas a la gran pantalla, teniendo una gran acogida por parte del público que va al cine sin ningún tipo de expectativa y lo único que parece buscar es entretenimiento y efectos visuales que no le obliguen a pensar.

Hollywood se aprovecha de esto y rueda películas sin ningún tipo de sentido, como “Ultraviolet” o “Aeon Flux” que se sirven de la idea de un comic, efectos especiales y alguna gran estrella para que la gente vaya al cine. Y cualquier espectador, con un mínimo de sentido común, que ve que no hay una historia sólida detrás de la película y que el guión lo escribió probablemente un mono con corbata, se siente estafado y engañado una vez más.

Pero claro, el culpable de que la gente no vaya al cine es Internet.