Dijo Greenaway que el cine está muerto. De ser cierta esta afirmación, ¿Cuál ha sido la causa de la muerte?
La muerte natural parece poco probable, otras formas de comunicación, de arte, o de entretenimiento (todo depende de cómo entendamos el cine) siguen vivas pese al paso del tiempo. Solo hay que tomar como ejemplo la radio, fueron muchos los que profetizaron que se extinguiría con la llegada de la televisión y sin embargo sigue ahí.
Si no se trata de una muerte natural nos encontramos pues ante un asesinato. ¿Quién ha sido el asesino? Peter Greenaway señala a las nuevas tecnologías: el mando a distancia, la televisión por cable, y por último Internet.
Es curioso como Internet que debería ser un medio que revolucionara e impulsara todas las formas de comunicación esta siendo considerado poco menos que un asesino en serie. Está acusado de hacer desaparecer a los diarios impresos y acabar con el mercado de la música y el cine como lo conocemos.
En Internet podemos encontrar películas incluso antes de que sean estrenadas, capítulos de series que se emitieron hace dos días en la otra punta del mundo, y lo más importante, todas estas producciones las puedes ver cómoda y gratuitamente desde tu casa.
Sin embargo, en mi opinión no han sido solo los medios tecnológicos los que están acabando con el cine, influye también la concepción que el público tiene sobre el cine. Actualmente las películas son consideradas un producto mas, están únicamente dedicadas al entretenimiento de las masas, a la obtención de beneficios. Esto explica la invasión de los remakes a la que nos vemos sometidos últimamente, remakes innecesarios y en su gran mayoría peores que la película original.
Este fenómeno esta ocurriendo paralelamente en la literatura, obras como “El código Da Vinci” o “Crepúsculo” están escritas únicamente para ser consumidas por un perfil de la sociedad, libros que parecen prefabricados para ser leídos y olvidados, sin aportar nada al lector y que se convierten en best-sellers.
Obras que además son posteriormente adaptadas a la gran pantalla, teniendo una gran acogida por parte del público que va al cine sin ningún tipo de expectativa y lo único que parece buscar es entretenimiento y efectos visuales que no le obliguen a pensar.
Hollywood se aprovecha de esto y rueda películas sin ningún tipo de sentido, como “Ultraviolet” o “Aeon Flux” que se sirven de la idea de un comic, efectos especiales y alguna gran estrella para que la gente vaya al cine. Y cualquier espectador, con un mínimo de sentido común, que ve que no hay una historia sólida detrás de la película y que el guión lo escribió probablemente un mono con corbata, se siente estafado y engañado una vez más.
Pero claro, el culpable de que la gente no vaya al cine es Internet.
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