Sábado por la tarde, Gran Torino en el cine Cervantes, pedimos dos entradas.
-Sólo quedan entradas para la primera y la segunda fila- anuncia la señorita de detrás del cristal.
-¿Las de segunda fila son centradas?
-No, centradas solo quedan para la primera fila.
- Está bien dos para la primera fila entonces.
-Seis euros ochenta- ladra.
Enseñó el carnet joven y me informa de que no tiene validez ni sábados ni domingos. Lo guardo y sacó siete euros, entro a la sala, tras pagar cinco euros por unas palomitas y una coca-cola, me siento en primera fila e intento acomodarme para no tener tortícolis. Durante la proyección las risas del resto de los espectadores a la par que la mía y gente masticando palomitas de forma casi frenética.
El doblaje pésimo, la banda de los hmong hablan como si estuvieran en “Ali G” o “Kungfusion”, parecen todos doblados por el cantante de “El canto del loco”
Al terminar, mucha gente se levanta, nosotras nos quedamos escuchando a Clint Eastwood y a Jamie Cullum y una señora se para justo a mi lado y se vuelve hacia sus amigas, instigándolas con la frase, para mí ya mítica:
-Venga, vamos pá casa ¿o es que no tenéis que poner los garbanzos a remojo?
Por si el dineral de la entrada y las palomitas, la primera fila y el doblaje no habían podido conmigo, vino esa mujer a convencerme de que aunque no fuera para poner garbanzos la próxima vez la película la veía en mi casa.
Y es que el cine no está muerto, pero lo están matando entre todos.
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Y a mí que Clint es de los pocos que película tras película me hace tener que decir "el cine no está muerto".
ResponderEliminarLa mujer de los garbanzos y el doblaje a lo "Ali G" fueron mortales. Pero ojo, que me han contado que esta vez el doblaje ayuda con los jóvenes... Miedo.
Clint en plano contrapicado, con su pistolita natural y todo, totalmente epic :D
Halaaaa, quiero verla. Pero con Carnet Joven, en una fila para humanos y sin garbanzos... bueno, o mejor en casa y en V.O. ^^
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